En el correr del año 1958 un matrimonio amante del fútbol de los niños, decide juntar algunos chicos del barrio para formar un equipo y poder competir con  sus pares.

El  Sr. Adolfo Bañales y su señora Blanca  Gómez fueron los promotores y los fundadores del club que hoy en día es uno de los equipos de Baby Fútbol con más títulos y galardones del Uruguay. No fue fácil la tarea, tenían que juntar a los chicos, formar las comisiones, hacer la cancha y obtener los permisos, una tarea muy sacrificada y laboriosa.

La construcción de la primera cancha, se localizaba en la placita que está ubicada frente a nuestra actual cancha.
Allí se construyó con mucho sacrificio y con la ayuda de padres y allegados a los niños, pero no fue fácil, se encontraron con inconvenientes que impedían que se llevaran a cabo las obras en el terreno.

Las autoridades municipales del momento pusieron trabas de todo tipo, se plantaron árboles y  hasta se llegaron a hacer zanjas en el predio porque querían que ese espacio tuviera otro destino.

Pero el afán y la persistencia de los Bañales junto a  los padres colaboradores, pudieron más y se reconstruyó la cancha tantas veces como fue necesario, para mantener la ilusión de esos chicos que querían tener su propia cancha.

La fábrica embotelladora del refresco Urreta que en esos tiempos se ubicaba frente a la cancha; donde actualmente está la fábrica de pastas Las Acacias, fue quien pagó las primeras camisetas para la institución que hasta el momento no tenía nombre ni colores. A partir de ese momento y en agradecimiento a la empresa, surgieron el nombre y los colores que llevarían las camisetas.

La primera sede paso a ser la casa de la familia Bañales en la calle Juan Cabal; oficiaba de sede, de vestuario para chicos y jueces y hasta de hostal para albergar a niños que venían a pasar el fin de semana, allí comían y dormían a la espera los partidos.

 
Pretendimos con esta breve reseña contarles como fue el comienzo de esta institución que en la actualidad reúne a más de cien niños y que todos los fines de semana continúan escribiendo su gloriosa historia.